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La pelìcula trata que en un futuro cercano la ingeniería genética frenó el envejecimiento a la edad de 25 años y la moneda de cambio en el mundo es el tiempo, que aparece en los antebrazos, si se te acaba te mueres y si eres rico (por ende tienes mucho tiempo) puedes ser casi inmortal.
El film en términos conceptuales es correcta y novedosa, pues hace visible el transcurso del tiempo y hace reflexionar sobre su uso, incluso del disfrute del presente. Hay un momento donde el protagonista dice "no necesito màs tiempo que 24 horas, que es lo que siempre he tenido", pues la clase baja vive al dìa e incluso a las horas. Es ahí donde encuentro una fisura en la puesta en escena, pues en la representación de las clases menos pudientes no se hace incapiè en el apuro que pudieran tener.
Hay reminicencias conceptuales al marxismo, pues las clases ricas se mantienen encumbradas en el poder y mientras que los menos favorecidos son los engranajes de esa estructura, y viven para que el sistema siga se mantenga y reproduzca, a costa de su propia existencia. La plusvalía es el tiempo.
Hay cameos a James Bond, cuando al personaje principal le preguntan su nombre vestido de frac y jugando a los naipes, tambièn usa un auto deportivo retro.
Lo màs flojo es Justin Timberlake en el papel principal, porque desde mi punto de vista no alcanza el grado de profundidad para expresar desde su rol el profundo drama y la vocación revolucionaria consecuente a aquél. Lamentablemente, toda participaciòn en la cual el protagonista dice algo profundo lo banaliza en un cliché.
Una película conceptualmente fresca, pero con algunos errores de ejecución.
La pelìcula trata que en un futuro cercano la ingeniería genética frenó el envejecimiento a la edad de 25 años y la moneda de cambio en el mundo es el tiempo, que aparece en los antebrazos, si se te acaba te mueres y si eres rico (por ende tienes mucho tiempo) puedes ser casi inmortal.
El film en términos conceptuales es correcta y novedosa, pues hace visible el transcurso del tiempo y hace reflexionar sobre su uso, incluso del disfrute del presente. Hay un momento donde el protagonista dice "no necesito màs tiempo que 24 horas, que es lo que siempre he tenido", pues la clase baja vive al dìa e incluso a las horas. Es ahí donde encuentro una fisura en la puesta en escena, pues en la representación de las clases menos pudientes no se hace incapiè en el apuro que pudieran tener.
Hay reminicencias conceptuales al marxismo, pues las clases ricas se mantienen encumbradas en el poder y mientras que los menos favorecidos son los engranajes de esa estructura, y viven para que el sistema siga se mantenga y reproduzca, a costa de su propia existencia. La plusvalía es el tiempo.
Hay cameos a James Bond, cuando al personaje principal le preguntan su nombre vestido de frac y jugando a los naipes, tambièn usa un auto deportivo retro.
Lo màs flojo es Justin Timberlake en el papel principal, porque desde mi punto de vista no alcanza el grado de profundidad para expresar desde su rol el profundo drama y la vocación revolucionaria consecuente a aquél. Lamentablemente, toda participaciòn en la cual el protagonista dice algo profundo lo banaliza en un cliché.
Una película conceptualmente fresca, pero con algunos errores de ejecución.
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