El pasa imperceptiblemente entre jóvenes, adultos y niños. Su paso lento lo mantiene las 24 horas, de lunes a lunes con denuevo, inexorablemente. En enero es un niño en pañales, pero para diciembre es ya un anciano con cuatro estaciones en su haber. Entre borracheras y juegos de pirotecnia, muere y resucita, siendo el mismo y a la vez otro distinto, para seguir su viaje de doce meses. Feliz Año Nuevo para Todos!!!!!