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Sólo para reuniones sociales

Con nuestro mecánico de confianza salí a recorrer la ciudad. Primero me llevó al parque para jugar con niños que allí había. Luego, fuimos a la casa de la madre de mi madre, quien al verme me abrazó fuertemente. Más tarde, la anciana se despidió con ternura y regresamos a casa.

Mis padres estaban en la puerta. Mi madre ansiosa se adelantó: - ¿y?.
- Es excelente, casi un niño real. Ellos se abrazaron emocionados y me condujeron de nuevo a la caja de cartón hasta la próxima reunión social.

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