Aunque este blog se dedica al cine y a la literatura, esta entrada fue disparada por una serie de televisión: The walking dead
La serie trata de zombies, esos personajes que inundaron de títulos de films en los ochenta, aunque hubo películas de zombies desde 1932 con el film White Zombie (en español "La legión de hombres sin alma"), y desde ahí crearon una impronta sobre cómo es su naturaleza y propósito. Aunque hay referencias en la literatura, su popularidad radica gracias a los films antes aludidos.
El zombie aunque no es un personaje más dentro de la fauna de las peliculas de terror, a pesar de su extensa filmografía aún tiene mucho para dar a la gran audiencia. A diferencia de los trillados romances entre vampiros y/o licántropos, que la serie de films como Inframundo o Crepúsculo, han sabido retratar a estos personajes lejos de la bestialidad propia que la literatura en su tiempo supo retratar.
A diferencia de los vampiros, a los zombies les falta glamour, los primeros suelen ser personajes con titulo nobiliario, eternamente jóvenes y bellos. Tienen un sex appeal que se puede apreciar en varias producciones. Para citar una, "Drácula" de Francis Ford Coppola:
Los vampiros son representados como una clase dominante, sobre todo en la historia arquetípica de Drácula que se puede considerar como la que ha asentado las bases de la interpretación del mito del vampiro; que chupa la sangre de sus súbditos y los tiene atemorizados.
En cambio, los zombies no tienen jerarquía, son errantes con una condena de sólo alimentarse de carne humana preferentemente y nada más. No tienen historia ni relatos para contar, los vampiros si, como en el caso de Lestat, pero los muertos vivientes sólo tienen presente. No se aglutinan, no tienen confrontaciones de poder como pasa entre los licantropos y los vampiros de Inframundo.
El punto débil de un zombi, por convención, es su cabeza. Paradójicamente por tratarse de seres que rara vez muestran signos de racionalidad, su cerebro es el talón de Aquiles. Por su parte, los vampiros mueren si se les atraviesa el corazón o se los expone a la luz. El simbolismo de esos finales es que los matan las emociones o la exposición de sus actividades al dominio público, dejando las "tinieblas" por donde actúan.
Con respecto a los hombres-lobo, que son la representación de la dualidad de la naturaleza humana: por un lado una vida normal, por otro la supremacía de los instintos que Freud supo conceptualizar con "Ello". En cambio los muertos vivos son más básicos, le queda nomás el instinto y no sufren la ambigüedad de los otros. Eso sí, comparten ambos la característica de ser depredadores de su misma especie.
El contagio tanto en vampiros, hombres-lobo y zombies, siempre se da por la boca, un raro rito de iniciación en los tres relatos cambia la naturaleza de quien es objeto de una mordida. Parece que la boca funge como un portal de cambio e iniciación, una rara trilogía de contagio, alimentación y comunión.
Por último, cabe analizar por qué los zombies generan ese raro temor. Creo que el miedo radica en la pérdida de los características humanas, no me refiero al aspecto estético, sino en aquellas cosas que nos hacen diferentes en la Naturaleza:
- La capacidad racional
- La organización social
- La solidaridad
- Las emociones
- Finalmente, la capacidad de amar y desear.
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