Todos apretujados en aquel enorme congelador, se encontraban los órganos que esperan ser transplantados. Un tipo con cara de pocos amigos abre el enorme aparato para tomar un corazón. Mete la bolsa en un contenedor y se aleja diciendo:
- Verás que no te maté en vano, donde no hubo lugar para mí, ahora le salvará la vida a otro.
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