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Cuestión de Sabor

Ella sabrá lo que hace. Le  prepara todos los días el desayuno con miradas cómplices, y el almuerzo para que se lo lleve al trabajo. También de noche le hace un delicioso entremés de caricias y besos antes de servirle la suculenta cena. Pero el postre del amor ella lo prueba en mi humilde departamento todos los martes y jueves, pues sólo yo sé darle el sabor que ella espera de la vida, aunque sea prohibido y secreto.

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