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Desembosado



Y nunca le recordaba lo que no se debía contar. Por ello Ramírez pensó que contar cómo se encontraba con su amante era anecdótico. Con detalles cinematográficos describió cómo se encontraban, dónde iban, la forma de desnudarse, el modo que la pasión los consumía y las ansias de verse de nuevo cuando se despedían. Sin pestañar, el impasible doctor mandó a sus asistentes a que le aumenten la dosis de tranquilizante a Ramírez y que tengan especial cuidado cuando él sale al patio, pues puede arruinar algunas de las estatuas del manicomio

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Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario. Nelson Mandela ( Largo camino a la libertad )